Se acabó el contar cuentos. El storytelling, uno de los grandes clásicos en comunicación y content marketing, esa herramienta de contar historias que busca emocionar y suele hacer diana en los usuarios, ha llegado a su fin. Al menos, como estrategia principal de contenido.

Adiós storytelling. Hola storydoing.

El contenido de las marcas tiene que reinventarse y ya no sirve solo con narrar, ahora la audiencia pide ‘hacer’. Y comunicar lo que hacemos. Frente al storytelling (que busca transmitir los valores, el espíritu o los beneficios de una marca a sus públicos objetivo través de una narración), el storydoing apela a la acción, a actuar.

Los consumidores se han cansado de oír historias y ahora quieren vivirlas. Buscan experiencias, y eso es lo que las marcas de 2020 deben proporcionar para seguir en contacto con su audiencia.

Pero, ¿cómo hacer storydoing?

1. Conocer bien a nuestro público objetivo. Analicemos qué le motiva y qué le gusta. Eso nos permitirá crear experiencias que que, con más probabilidad, capturarán su atención.

2. Darles protagonismo. ¿Podemos contar historias vinculadas a nuestra marca, pasando esta a segundo plano? Seguro que tenemos clientes que se prestan a contarlas.

3. Aprovechar a los medios de comunicación y las redes sociales como canal.Utilizarlos y servirse de sus posibilidades nos permitirá aumentar la visibilidad de la acción. Las experiencias, si son compartidas y comentadas en las redes sociales, aumentarán el nivel de alcance. Además, la interacción en tiempo real en las redes permite crear engagement. En este punto, es esencial transmitir los valores y los objetivos de la marca con transparencia y autenticidad. No olvidemos que el storydoinges crear un vínculo con los clientes, y eso se obtiene siendo sinceros y creíbles.

4. Ante todo, emoción. El vínculo entre la marca y los consumidores no se crea con la venta de objetos materiales, sino con las emociones. El storydoingbusca provocar reacciones alegres, de conexión,etc.

Además, el storydoing permite ahorrar en costes en cuanto a su producción, que suele ser más económica por el tipo de contenido. Del mismo modo, las marcas suman en credibilidad con este tipo de acciones y el posicionamiento de esta en a mente de los consumidores mejora. Todo ello repercutirá, con toda probabilidad, en más ventas.

Gracias al storydoing, las marcas también aumentan la repercusión de tu acción y, por ende, se podrán crear brandlovers. Se crean comunidades fieles a la marca. Los usuarios que viven la experiencia creerán una comunidad qué defenderá a capa y espada a la marca y serán fieles a la misma.

Pero, ¿qué acciones son stoydoing y cuáles no? Crear una canción, una entrevista o aparición en un medio de comunicación, lo que hacemos en redes sociales, es storydoing.

Pero no es storydoing un patrocinio o un evento de empresa.

Para entenderlo mejor, os traigo algunos ejemplos de storydoing:

Redbull y Baumgartner  Está considerado el ejemplo más importante de storydoing. Fue un hito histórico y siempre será el de Red Bull y el hombre que superó la barrera del sonido saltando desde la estratosfera: uno de los acontecimientos digitales más importantes del mundo que generó resultados excepcionales en redes sociales, publicidad y recuerdo de marca.

Pero no es el único ejemplo de que el storydoing funciona, hay más.

Dove Esta marca lo lleva haciendo mucho tiempo: además de productos para el cuidado de la piel, también incentiva el amor propio en la mujer, el valor de la belleza y del propio concepto, acercándolo a la mujer real.

Y por último, no olvidemos lo más importante: el storydoing no excluye el storytelling. Así que sigamos contando historias.